Casi 40 kms son los que separan la hermosa localidad rural de Los Guindos de la zona urbana de nuestro querido Nacimiento. Primero sobre asfalto, y luego sobre caminos de tierra (los que en invierno se vuelven casi intransitables) pero siempre con la compañía del aire puro, silvestre y refrescante del campo chileno, el Bibliobus logra llegar a los sectores más alejados. En esta ocación, el profesor Manuel Monares recibe al personal de la Biblioteca en la escuelita rural G-1184, en la que sus 10 alumnos de su curso unidocente batallan día a día para vencer las adversidades y lograr aprender.
La Biblioteca aporta en esta misión pedagógica con un pequeño pero importante grano de arena. Los libros con los que los niños pueden entretener sus ratos libres, y además aprender y complementar sus estudios.
Hace ocho años ya que la Biblioteca ganó el proyecto que le permitió adjudicarse el Bibliobus, y con la compra de textos que otros proyectos han permitido, sigue con la tarea de llevar la cultura y la entretención a los niños del campo, con el objeto de que éstos no sufran la segregación educativa (y por ende social) que el estar aislados de la ciudad pudiera generar.
Llevar libros al campo implica una novedad para los niños. Novedad que, sin embargo, se va repitiendo en el tiempo gracias a nuestro trabajo en terreno, y que significa no sólo leer y entretenerse con los libros, sino también tener contacto con la tecnología, a través de las fotografías digitales que el personal saca en el sector y que los niños pueden ver después impresas a color, o en las páginas web de la Biblioteca, cuando nos visitan. Por esto y por tenerlos siempre presentes, niños campesinos como los de Los Guindos, están permanentemente agradecidos.
